El día de ayer, murió un gran escritor, poeta y ser humano, Mario Benedetti, tal vez ya no es una noticia nueva, pero quiero dejar en este espacio un pequeño recuerdo de esa persona que ha apoyado a muchas personas y en especial a alguien a quien quiero muchísimo, entonces, les dejo en primera instancia un poema llamado Corazón Coraza, como pequeña anécdota, he de decir que cuando estaba en segundo semestre de la carrera, mi hermanita (pame) decía mucho “hola corazón coraza” de ahí que conozca este poema.
Corazón coraza
Porque te tengo y no
porque te pienso
porque la noche está de ojos abiertos
porque la noche pasa y digo amor
porque has venido a recoger tu imagen
y eres mejor que todas tus imágenes
porque eres linda desde el pie hasta el alma
porque eres buena desde el alma a mí
porque te escondes dulce en el orgullo
pequeña y dulce
corazón coraza
porque eres mía
porque no eres mía
porque te miro y muero
y peor que muero
si no te miro amor
si no te miro
porque tú siempre existes dondequiera
pero existes mejor donde te quiero
porque tu boca es sangre
y tienes frío
tengo que amarte amor
tengo que amarte
aunque esta herida duela como dos
aunque te busque y no te encuentre
y aunque
la noche pase y yo te tenga
y no.
Por último, les dejo otro poema llamado si Dios fuera una mujer, según soy católico, pero no practico mi religión, más bien este lo pongo para un amigo que hace mucho tiempo que no veo, no sé en donde se encuentre, pero donde sea que este espero que le vaya bien.
Si Dios fuera una mujer
¿Y si Dios fuera mujer?
pregunta Juan sin inmutarse,
vaya, vaya si Dios fuera mujer
es posible que agnósticos y ateos
no dijéramos no con la cabeza
y dijéramos sí con las entrañas.
Tal vez nos acercáramos a su divina desnudez
para besar sus pies no de bronce,
su pubis no de piedra,
sus pechos no de mármol,
sus labios no de yeso.
Si Dios fuera mujer la abrazaríamos
para arrancarla de su lontananza
y no habría que jurar
hasta que la muerte nos separe
ya que sería inmortal por antonomasia
y en vez de transmitirnos SIDA o pánico
nos contagiaría su inmortalidad.
Si Dios fuera mujer no se instalaría
lejana en el reino de los cielos,
sino que nos aguardaría en el zaguán del infierno,
con sus brazos no cerrados,
su rosa no de plástico
y su amor no de ángeles.
Ay Dios mío, Dios mío
si hasta siempre y desde siempre
fueras una mujer
qué lindo escándalo sería,
qué venturosa, espléndida, imposible,
prodigiosa blasfemia.
Hasta la próxima mis estimados lectores.
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